lunes, 3 de febrero de 2014

Los 33 Orientales. Militares Argentinos

EXTRAIDO DEL LIBRO: “EL DRAMA DE LA AUTONOMIA MILITAR
AUTOR: PRUDENCIO GARCIA MARTINEZ DE MUGUÍA, CON PROLOGO DE ERNESTO SABATO


EXCEPECIONES MILITARES EN EL PROCESO DE 1976

LOS “33 ORIENTALES”: MILITARES ARGENTINOS “NO COMPENETRADOS CON EL SENTIR INSTITUCIONAL”


El caso mas notable, por su carácter colectivo, es el de los llamados “33 Orientales” (denominación tomada de un episodio histórico del siglo pasado). En noviembre de 1980, en plena dictadura militar y recién asumida la presidencia de la Tercera Junta Militar por el general Leopoldo Galtieri, se comunico a 33 jefes y oficiales del Ejercito Argentino (de graduaciones entre teniente coronel y teniente) la resolución de su pase forzoso a la situación de retiro. Por tal comunicación individual se les hacia saber, a cada uno de los afectados, que había sido calificado de “inepto para las funciones de su grado” por el motivo siguiente: “haber suscitado en la superioridad el convencimiento de que su permanencia en situación de actividad perjudica la cohesión espiritual de los cuadros, por no encontrarse adecuadamente compenetrado con la filosofía y el sentir institucional del Ejercito”.557

Sin embargo, la decisión de separar del servicio activo a este grupo de militares profesionales no puede calificarse como una precipitada decisión de la recién llegada Tercera Junta, sino que fue la culminación de un largo proceso de selección iniciado largo tiempo atrás. Tal como señala el analista Pablo Mendelevich, los integrantes de este grupo, “mayoritariamente peronistas, se distinguieron por desafiar en conjunto el autoritarismo militar frente a la sociedad, y los informes de los servicios de inteligencia sobre los que se basó esta decisión “se habían iniciado mucho antes del golpe de 1976”. 558
De hecho, estos oficiales, ya en las sucesivas dictaduras militares del período 1966-1973 (Onganía, Levinsgton, Lanusse), habian venido manifestando, de una u otra forma, su rechazo contra la dictadura militar como modelo de gobierno, máxime en un período como el recién citado, cuyas sucesivas dictaduras tuvieron como motivación principal el impedir el acceso del peronismo al poder. Según precisa el citado comentarista:

El núcleo originario de los 33 Orientales se remonta a fines de la década de los sesenta, cuando varios tenientes y capitanes que simpatizaban con el justicialismo(…) mantenían una tímida actividad política contra la Revolución Argentina, nombre que recibía el gobierno militar de entonces (el encabezado por el general Onganía desde 1966)” 559


El grupo en cuestión –que nunca llego a constituir un colectivo organizado, pues sus miembros sólo establecieron entre sí lazos de camaradería y coincidencia ideológica - cesó en sus actitudes antigubernamentales a raíz de la llegada al poder del peronismo tras las elecciones de 1973. Sólo dos años después, fallecido ya Perón, pero todavía bajo el gobierno de su viuda, el general Jorge Videla asumía en 1975 la jefatura del Estado Mayor del Ejercito. A partir de entonces (aunque todavía bajo un gobierno peronista) los miembros del grupo empezaron a sufrir crecientes dificultades en su ámbito profesional:

Cuando todavía gobernaba la viuda de Perón, fueron victimas en algunos casos de sutiles discriminaciones (…) Particularmente, en las decisiones sobre destinos: con clara intención, el grupo – que en buena medida se había relacionado merced a la camaradería profesional – fue dispersado y casi todo sus miembros quedaron sin mando de tropas.” 560


Dificultades que, por supuesto, aumentaron considerablemente a raíz del golpe que llevó a Videla a la presidencia de la primera Junta en marzo de 1976. Iniciada ya a partir de entonces, con toda su crudeza, la represión desencadenada por “el Proceso”, la situación de los miembros del grupo se hizo mas incómoda y difícil:

“…sus disidencias con los procedimientos de la lucha antisubversiva , y la corrupción que se advertía en algunos niveles del gobierno, se tradujeron en oposiciones personales, por cierto enmarcadas en la rigidez del mando militar y más aún del terror impuesto, también filas adentro, por el Proceso”. 561


A los largo del año 1979, y todavía bajo la Primera Junta encabezada por el general Videla, seis de los 33 vieron postergados sus ascensos que dentro de dicho año les hubieran correspondido de forma normal.
Finalmente, a primeros de noviembre de 1980, y ya bajo la Tercera Junta, se produjo el paso final:

“El general Leopoldo Galtieri estampó al pie del veredicto, surgido de la opinión de un grupo de generales constituidos en “comisión secreta”, que analizaron los informes de inteligencia sobre aproximadamente 100 oficiales poco afectos a la represión ilegal encarada por el Ejercito.


El resultado de dicho análisis sobre tales informes, acumulados en tantos años sobre ese centenar aproximado de oficiales, fue finalmente la decisión de separar de las filas a los 33 oficiales mencionados, manteniendo la continuidad de los demás.
Bajo ese argumento acusatorio que sirvió para retirar del servicio activo a aquellos 33 jefes y oficiales – “no encontrarse adecuadamente compenetrados con la filosofía y el sentir institucional del Ejercito” – se ocultaban, de hecho, las dos verdaderas causas de dicha resolución: por una parte, las convicciones peronistas de no pocos de los implicados (dato venenoso, por aquellas fechas, para los militares del “Proceso”, dadas las recientes experiencias de Cámpora, Perón y su viuda), y, por otra parte, y muy principalmente, su rechazo a la dictadura militar de las Juntas en general, y al carácter ilegal de sus procedimientos antisubversivos en particular.
El desenlace final del caso de “los 33 Orientales” llegaría cinco años después. En septiembre de 1985, y al cabo de dos años de gobierno democrático, los citados 33 – todos ellos instalados ya profesionalmente en la vida civil – recibieron del gobierno del doctor Alfonsín una reparación, aunque sólo parcial, de aquella decisión que truncó su carrera militar: la rehabilitación y el ascenso en un grado, pero sin reincorporación del servicio activo. Después, algunos de ellos, como el Mayor Mario Rossi y el capitán Luis Tibiletti, asumieron, entre otras importantes responsabilidades, la de asesores del Congreso, como expertos en materia de Defensa.


PRUDENCIO GARCÍA MARTÍNEZ DE MURGUÍA



jueves, 23 de enero de 2014

LOS 33 ORIENTALES

Esta nota publicada un fin de año cuando importan menos la noticias y menos aún las vinculadas con la historia fue como un abrazo de afecto y reconocimiento de muchos argentinos para un grupo de militares que en su momento se negó a cumplir órdenes ilegales por lo que los responsables de crímenes de lesa humanidad en la dictadura terminaron excluyéndolos del Ejército. Se los conoció como “los 33 Orientales” por el número que fueron pero también por la decisión y valentía que los distinguió. Aquí se los muestra en un papel menos conocido: el que tuvieron en el Congreso a partir de la recuperación de la democracia. El final del artículo es de especial interés para legisladores y políticos en general.
Por Armando Vidal

 Podría escribirse la historia de casi un cuarto de siglo de democracia siguiendo las leyes vinculadas con las Fuerzas Armadas, responsables -aunque no únicas- de todos los golpes y en particular el del 24 de marzo de 1976, el más cruento por lo que sobrevino después.
La primera de esas leyes fue la derogación de la autoamnistía con la que la dictadura pretendió cubrir su retirada, en diciembre de 1983. Y la última, hace apenas unos días, fue la reparación a los excluidos del Ejército en 1980, conocidos como "Los 33 Orientales", la mayoría identificados con el peronismo.

Estos hombres de saco y corbata camuflados como legisladores que van y vienen de una Cámara a la otra y del Congreso a la Rosada, o al revés, tuvieron señales favorables por parte de todos los gobiernos, a partir de la gestión de Raúl Alfonsín. Pero más en la presidencia de Néstor Kirchner.

Acusados de perjudicar "la cohesión espiritual" y "no encontrarse adecuadamente compenetrados con la filosofía y el sentir institucional del Proceso de Reorganización Nacional", varios de esos jefes y oficiales dados de baja en los cuarteles, tres años después comenzaron otra carrera en el Congreso.

Así participaron en la elaboración de normas en el campo de sus competencias y se opusieron a las leyes de Punto Final (1986) y de Obediencia Debida (1987, tras la rebelión de Semana Santa).
Uno de ellos (el ex mayor Miguel García Moreno) llegó a ser diputado para completar el mandato de quien lo precedía en la lista. El área de operaciones fue cada una de las comisiones de Defensa de todos estos años. Y el blanco elegido, lograr el más amplio consenso.

Por eso, las grandes leyes tuvieron un respaldo casi unánime en ambos brazos parlamentarios. Bregaron por la necesidad de consolidar un modelo de conducción política para las Fuerzas Armadas encuadradas en lo institucional y con respeto de los derechos humanos. Se opusieron a la doctrina de la seguridad nacional y a la identificación de falsos enemigos estratégicos como quería Washington, además de estrechar lazos en la región.
Las leyes de este camino incluyeron la primera reforma del código de Justicia Militar (1984), la ley de Defensa (1988), Seguridad Interior (1992), reestructuración de las Fuerzas Armadas (1998), inteligencia (2001) e ingreso y salida de tropas (2003), además de la conocida como de producción para la defensa y la que deroga el código de Justicia Militar.

Como los intrépidos orientales que en 1825 cruzaron el río para liberar a Uruguay del imperio brasileño, también fueron 33. Entre ellos, el teniente Ernesto Urien, el teniente primero Luis Tibiletti, los capitanes Mario Rossi, Ricardo Colombo y Guillermo Cogorno (hijo del Tte. Cnel. fusilado por la Revolución Libertadora en 1956), los mayores Norberto Pascale y García Moreno, y los tenientes coroneles Ramón Orieta y Carlos Sánchez Toranzo. Orieta había sido un estrecho colaborador del general Juan Enrique Guglielmelli en la revista Estrategia y Sánchez Toranzo era el sobrino de Nicasio, ex presidente de la Cámara de Diputados en 1975 y en 1954 embajador de Juan Domingo Perón en Guatemala, en el momento del golpe norteamericano contra Jacobo Arbenz.
Hubo otros, como Gustavo Drueta y Gregorio Pomar (nieto del ex diputado radical y ex militar revolucionario), que no formaron parte de los 33 pero dejaron su sello de dignidad ante indignos jerarcas militares condenados por la historia. Si algo se les reconoce es no haber querido cumplir órdenes con ciega obediencia. Una lección también para los políticos de la democracia.

Volanta y título: Reparación a los militares echados en 1980/ Los "33 Orientales", hombres clave para las leyes de Defensa 

 Fuente: Clarín, 31/12/07

PARLAMENTARIO

Ascenderían a los "33 Orientales"
La Cámara de Diputados aprobó y giró al Senado un proyecto de ley que faculta al Poder Ejecutivo a ascender en un grado a los 33 oficiales del Ejército pasados a retiro en 1980, por disentir con la dictadura militar.

5 de octubre de 2006
El proyecto de reparación fue defendido por el diputado del Peronismo Federal, Jorge Villaverde, quien explicó que se trata de los militares conocidos como los "33 Orientales", que fueron excluidos del Ejército por decisión de las máximos jerarcas militares.

La iniciativa, que fue adoptada por unanimidad y sin debate, permitirá -cuando sea sancionada- completar la reparación parcial que se realizó en 1985 y que limitaba que su ascenso al grado alcanzado al primero de enero de 1985 por su promoción.

Con esta ley se permitirá que incrementen su graduación respecto a lo que les corresponde sin tener limitación alguna.

Al presentar el proyecto en el recinto, Villaverde sostuvo que a esos militares que se negaron a cumplir órdenes ilegales "se los identificó con aquellos 33 Orientales por su patriotismo y sus ansias de libertad".

Ese grupo de militares que no aceptó sumarse al terrorismo de Estado fue bautizado como "33 orientales" porque se los identificó con el grupo de "Argentinos Orientales" que, comandados por José Artigas, desembarcaron en el Uruguay en pos de expulsar de su tierra a los invasores brasileños.

"Son un emblema de lo que muchos quieren de un Ejercito nacional y popular. Es un acto de la democracia que viene a reivindicar a esos militares que pusieron en juego y perdieron su carrera por reivindicar la democracia", afirmó Villaverde. Esos oficiales fueron pasados forzosamente a retiro mediante notificaciones individuales en las cuales se los consideraba "ineptos" para las funciones de su grado.

miércoles, 22 de enero de 2014

 Reunion No. 33 - 24a. Sesion ORDINARIA celebrada el 04/10/2006      14

RESTITUCIÓN DEL GRADO A JEFES Y OFICIALES DEL EJÉRCITO PASADOS A RETIRO POR UNA RESOLUCIÓN DE 1980

ORDEN DEL DIA 1000


SRA. PRESIDENTA VACA NARVAJA.- En consideración en general.

Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.

SR. VILLAVERDE, JORGE ANTONIO.- Señora presidenta: propongo una modificación al dictamen de comisión para unificar en un solo artículo el texto de esta iniciativa, a los efectos de una mejor técnica legislativa, que no modifica el espíritu de este proyecto de ley.

Solicito que por Secretaría se dé lectura a la modificación que propongo.


SRA. PRESIDENTA VACA NARVAJA.- Por secretaría se dará lectura.


SR. SECRETARIO (HIDALGO).- Dice así: "Artículo 1°: modifícase el artículo 1° de la ley 23.223, el que quedará redactado de la siguiente manera: 'Artículo 1°: Facúltase al Poder Ejecutivo nacional a aplicar al personal de jefes y oficiales del Ejército que fueron pasados a retiro obligatorio, de conformidad con las resoluciones del Ministerio de Defensa 1447/80, 1448/80, 1449/80, 1450/80 y 1452/80, las normas sobre restituciones de derechos previstas en el decreto 1332 del 20 de septiembre de 1973, de acuerdo con lo que determina en su artículo 11, incisos a), b), c), d) y f). Artículo 2°: De forma."


SRA. PRESIDENTA VACA NARVAJA.- Continúa en el uso de la palabra el señor diputado por Buenos Aires.


SR. VILLAVERDE, JORGE ANTONIO.- Señora presidenta: sin perjuicio de que formularé algunas breves reflexiones, solicito la inserción de mi discurso en el Diario de Sesiones.

El proyecto en debate viene a saldar una reparación que al momento de la sanción de la ley 23.223 fuera parcial dadas las circunstancias de aquel momento en las relaciones muy particulares entre civiles y militares. Esa ley faculta al Poder Ejecutivo nacional a aplicar al personal de oficiales del Ejército Argentino que obligatoriamente fue pasado a retiro las normas sobre restablecimiento de sus derechos, de conformidad con el decreto 1.332 del año 1973. En aquella oportunidad la ley fue sancionada con una limitación o excepción al decreto, que establecía que podían ascender un grado aquellos oficiales que por sus méritos personales y sus antecedentes profesionales estuvieran en tales condiciones.

Los militares que fueron pasados a retiro obligatoriamente, capitán Walter Heraldo Bordaji, mayor César Basilio Carabajal, teniente Ernesto Facundo Urien, teniente 1° Julio César Sarmiento, teniente 1° Luis Eduardo Tibiletti, capitán Eladio Alberto Arias, capitán Eduardo Pedro Serrano, capitán Héctor Rolando Jamier, capitán Gustavo Vitón, capitán Mario Enrique Oscar Rossi, capitán Jorge Marcelo García Sanabria, capitán Victor Sergio Groupierre, capitán Guillermo Eduardo Cogorno, capitán Carlos Alberto Berdaguer, capitán Gustavo Horacio Ricardos, capitán Ricardo Federico Colombo Roque, mayor Guillermo Julio González Chipont, mayor Roberto Juan Gastaldi, mayor Carlos Alberto Pombo, mayor Norberto Ángel Pascale, mayor Miguel Ángel García Moreno, mayor Eduardo Luis D'Amico, mayor Derlys Even Francisco Bitz, mayor Ángel Juan Ortín, mayor Eduardo Horacio Gentiluomo, mayor Norberto Antonio Yommi, mayor Luis María Croce, teniente coronel Hugo Abel Costaguta, teniente coronel Luis Alberto Benavídez Samyn, teniente coronel Ramón Osvaldo Orieta, teniente coronel Enrique Alberto Lugand y teniente coronel Carlos Oscar Sánchez Toranzo, son conocidos como "los treinta y tres orientales", por estar identificados con aquellos treinta y tres patriotas orientales que recuperaron la Banda Oriental. Los oficiales argentinos no estaban organizados como grupo, se los identificó con estos últimos justamente por su patriotismo y ansias de libertad.

En 1976, a principios de la cruel dictadura, comenzaron actos de discriminación respecto de estos jóvenes oficiales, a quienes se les fue haciendo cada vez más difícil su relación dentro de las filas del Ejército. Finalmente, Galtieri -otro de los dictadores- los pasó a retiro obligatorio. Permítaseme, señora presidenta, leer un breve pasaje de esa injusta decisión: "Considerarlos ineptos para sus funciones de grado, porque su permanencia en actividad perjudica la cohesión espiritual de los cuadros por no encontrarse adecuadamente compenetrados con la filosofía y el sentir institucional del proceso de reorganización nacional."

Huelgan las palabras, después de este autoritario argumento, para avalar el proyecto en debate, que aspira a una reparación histórica. Como señalara un diario de aquella época -el mismo medio periodístico que dio en llamar a estos oficiales "los treinta y tres orientales"-: "Los integrantes de este grupo mayoritariamente peronista se distinguieron por desafiar el autoritarismo que enfrentaba a la sociedad."

En el año 1966 -durante otra dictadura- algunos de estos jóvenes oficiales también sufrieron presiones. Ellos lucharon, trabajaron para que se respetara la soberanía popular y el orden institucional, y también militaron para el regreso del general Juan Domingo Perón.

El proyecto en consideración apunta asimismo a la necesidad de reflexionar acerca de los importantes valores de la democracia, que en estos tiempos nos permiten concretar un acto de plena justicia, de la misma forma que poco tiempo atrás lo hiciera el Senado al disponer el ascenso de dos coroneles de la Nación, Cesio y Rico -este último, post mortem-, a propuesta del señor Presidente de la Nación, quien previamente había realizado un acto público en el Salón Blanco de la Casa de Gobierno a los fines de reivindicar a estos dos militares. Los "treinta y tres orientales" son un emblema de lo que nosotros y miles de argentinos queremos del ejército nacional y popular. Por eso proponemos la aprobación de este proyecto que -insisto- constituye un acto de la democracia que reivindica a aquellos oficiales que perdieron su carrera por defender las instituciones. Ellos deben ser un modelo para aquellos jóvenes que hoy ingresan al ejército y abrazan con vocación el servicio a la patria.

Por las consideraciones efectuadas y los fundamentos del proyecto en consideración solicito a mis pares que me acompañen en su aprobación. (Aplausos.)


SRA. PRESIDENTA VACA NARVAJA.- Se va a votar nominalmente en general.

-- Se practica la votación nominal.

-- Conforme al tablero electrónico, sobre 146 señores diputados presentes, 142 han votado por la afirmativa, registrándose además 2 abstenciones. No se ha computado el voto de un señor diputado.


SR. SECRETARIO (HIDALGO).- Se registraron 142 votos por la afirmativa y ninguno por la negativa.


SRA. PRESIDENTA VACA NARVAJA.- Los señores diputados Hernández, Eduardo Camaño y Bertol han indicado su voto por la afirmativa.

En consideración en particular el artículo 1°.

Se va a votar con las modificaciones propuestas.


-- Resulta afirmativa.

-- El artículo 2° es de forma.


SRA. PRESIDENTA VACA NARVAJA.- Queda sancionado el proyecto de ley. (Aplausos.)

Se comunicará al Honorable Senado.

martes, 21 de enero de 2014

el país

ARCHIVO

SÁBADO, 24 de agosto de 1985

Rehabilitación total de los militares argentinos depurados por la dictadura

 Buenos Aires 24 AGO 1985
Tras recibir la sanción de la Cámara de Diputados, el Senado argentino ha ratificado la restitución de sus derechos a los jefes y oficiales pasados arbitrariamente a retiro por la dictadura militar. Sólo fueron 33, conocidos por los 33 orientales en alusión al mismo número de militares argentinos que cruzaron el río de La Plata para defender la entonces provincia oriental del Uruguay de la invasión anexionista brasileña.
Los 33, todos del Ejército de Tierra, pasaron a retiro obligatorio entre 1976 y 1982 por las Juntas de Calificación de Oficiales como "ineptos para las funciones de su grado", dado que "su permanencia en la Fuerza ( ... ) perjudica la cohesión espiritual de los cuadros por no encontrarse adecuadamente compenetrados con la filosofía y el sentir institucional del Ejército".Ninguno de ellos, en efecto, pudo llegar a compenetrarse con la filosofía militar del proceso de reorganización nacional, basada en la guerra sucia contra la subversión y la desaparición de los ciudadanos.
Según el proyecto de ley gubernamental ya aprobado por las dos Cámaras, los oficiales serán reincorporados al Ejército con los grados que alcanzó su promoción a 1 de enero del presente año, y les serán abonados los salarios que hubieran percibido estando en servicio activo.
La aprobación del proyecto se ha abierto paso en las dos Cámaras sin dificultad y en el entendimiento generalizado de que era un acto de estricta justicia. El juicio contra las cúpulas militares de la dictadura y la tensión castrense por los recortes presupuestarios y su inevitable mala imagen pública parecían aconsejarla postergación de este desagravio pana tiempos mejores. Ni el Gobierno ni el Parlamento lo han considerado así.
La comparación con el caso de los jefes y oficiales españoles de la Unión Militar Democrática detenidos, juzgados y separados de las Fuerzas Armadas por haber defendido intelectualmente la tesis de la necesidad de democratizar España, es inevitable.
Un Gobierno socialista español, con una democracia aceptada, no ha sabido encontrar oportunidad para reparar aquella injusticia en tanto un Gobierno de centro-derecha, como el del presidente Raúl Alfonsín, en medio de las tormentas de una democracia inestable y asaeteada de gravísimos problemas, ha encontrado un hueco en sus quehaceres para devolver el honor militar a aquellos pocos que no lo perdieron.

Ley de Defensa

En el mismo ámbito, y con la misma filosofía gubernamental, el Congreso aprobó en la madrugada del miércoles el proyecto de ley de Defensa que deroga la ley 16.970 dictada por el Gobierno de Juan Carlos Onganía y que asumía la doctrina de la seguridad nacional, inspirada por EE UU y basada en la supuesta necesidad de que los Ejércitos latinoamericanos asumieran una línea de combate contra el frente interior de la subversión marxista.El proyecto de ley, ya con media sanción -falta todavía la aprobación del Senado-, establece un mayor control de poder civil constitucional sobre las Fuerzas Armadas, crea una Central Nacional de Inteligencia a la que se prohíbe explícitamente tener como hipótesis de trabajo la actividad política interna y declara que "la defensa nacional es la integración y acción coordinada de todas las fuerzas morales y materiales de la nación para enfrentar las agresiones de origen externo".

jueves, 2 de enero de 2014

 Perfil                                                            
Jueves 20 diciembre, 2007


Reparación histórica y ascensos para los "33 orientales" la senadora oficialista Marina Cristina Perceval afirmó que con "la restitución de derechos y reparación a los 33 Orientales, estamos produciendo un acto de democracia que el gobierno y el pueblo se debían a sí mismo".


El Senado aprobó esta noche por unanimidad un proyecto de reparación de militares peronistas conocidos como los "33 Orientales", que fueron excluidos del Ejército por decisión de las máximos jerarcas de la dictadura. La iniciativa, aprobada por 57 votos, permitirá completar una reparación parcial que se realizó en 1985 y que limitaba que su ascenso al grado alcanzado al primero de enero de 1985 por su promoción, al tiempo que posibilitará que asciendan en su graduación. Ese grupo de militares que no aceptó sumarse al terrorismo de Estado fue bautizado como "33 Orientales" porque se los identificó con el grupo de patriotas orientales que, comandados por Juan Lavalleja en 1825, desembarcaron en el Uruguay en pos de expulsar de su tierra a los invasores brasileños. Al presentar el proyecto en el recinto, la senadora oficialista Marina Cristina Perceval afirmó que "la restitución de derechos y reparación a los 33 Orientales, estamos produciendo un acto de democracia que el gobierno y el pueblo se debían a sí mismo". (Fuente www.perfil.com). El periodismo profesional es costoso y por eso debemos defender nuestra propiedad intelectual. Robar nuestro contenido es un delito, para compartir nuestras notas por favor utilizar los botones de "share" o directamente comparta la URL. Por cualquier duda por favor escribir a perfilcom@perfil.com